Nicolás Minetti fue quien puso la firma en el año 2007 para inscribir en la intendencia de Montevideo a nuestra murga, Cayó la Cabra, por primera vez en el encuentro de murga joven.
Un año después lo conocí y desde entonces somos amigos.
La ELA le cambió la vida. La ELA nos cambió la vida.
Tuve la suerte de conocer a Nico y a su familia, de acompañarlos, de ver sus ganas de vivir, de contagiarme un poco de tanto amor a la vida.
Hizo de todo para sobrevivir, para vivir.
Inventó aparatos que lo ayudaban a respirar, adaptó un mouse para escribir con los pies y seguir comunicándose con nosotros, su gente.
Viajó con su hijo a ver un partido de Champions, salió en carnaval, alquiló mil ranchos en Valizas, fue a Nueva York con el negro Gastón, y hasta dio la vuelta al mundo cantando murga con La Catalina.
Creo que el principal aprendizaje que me dejó Nico fue el de valorar la vida, e incluso el de reírme un poco de la muerte.
Es que hasta el último momento fue así, tuvimos a la muerte merodeando tan de cerca que hasta le hacíamos chistes, como a cualquiera.
Eternamente estaremos agradecidos con la Fundación Tenemos ELA, por su laburo incansable y por habernos dejado ser parte desde sus inicios.
Nico lo dió todo, vivió intensamente lo más que pudo, como quiso, como pudo. Cuando su vida ya no era la suya decidió decir adiós.
Su familia y sus amigos lo recordamos cada vez que pasa algo lindo, o feo. Sabemos que su vida fue corta pero no sabemos si alguno de nosotros podrá vivir mil años para vivir todo lo vivió El Nico Minetti.
“La vida pasa y puede que separe los caminos, como una vez nos regaló habernos conocido, no tengas dudas que otra vez nos volveremos a encontrar” (Retirada de Cayó la Cabra 2015)
Lucas Minetti
Mi padre es Nicolás Minetti y desde que tengo uso de razón tiene ELA.
A mí su enfermedad me agarró desde bebé, por ende fui creciendo con ella.
Si bien al principio fue algo muy normal, sin muchos cambios, a medida que iba pasando el tiempo e iba entendiendo más sobre la enfermedad y sobre los cambios que le iban surgiendo a mi padre, mi vida tuvo que cambiar.
Me mudé con él , crecí muy rápido , empecé a cuidarlo y a dar el máximo apoyo para que sobrellevara su enfermedad lo mejor posible y siempre feliz.
Lo que la enfermedad me dejó, y más que nada mi padre, fueron aprendizajes de vida, cambios en mi forma de pensar, de vivir.
Más que nada el hecho de crecer más rápido de lo que debería por y para mi padre, para ofrecerle el mejor apoyo, la mejor ayuda y, como dije anteriormente, verlo feliz.
Para mí eso era lo más importante.