Fernando (h) y Fernando

 

Fernando Sureda (hijo)

 

El principio de esta enfermedad es tan complejo como incierto, generando en todos nosotros esa sensación de no poder o no saber cómo ayudarlo.

Luego día a día fuimos superando miedos, obstáculos, nos fuimos adaptando todos. Mi vieja y los paliativos creo fueron los pilares más fuertes, en los que mi hermano  y yo, y claramente mi viejo, nos fuimos apoyando y confiando más.

Podría decir que la ELA nos acercó mucho como familia, volviendo a las raíces de nuestra historia. Eso fue muy emotivo. En lo personal me acercó fuerte en la relación con mi viejo.

También él pudo sanar y soltar un montón de sentimientos que le ayudaron a partir en plena paz con su vida.

El mayor aprendizaje que nos dejó fue, es, y será, que este viaje es breve y tenemos el deber de enojarnos menos por nimiedades y vivir más y mejor .

Y dejó dichos, por ejemplo sobre  la ELA (“la puta ELA”, decía él) la llamó la Mercedes Benz de las enfermedades. 

“Me agarró la tope de gama de las enfermedades”, decía.

Otra frase que dejó huella es “pisá fuerte, no seas cagón”.

En lo personal fue uno de los desafíos emocionales más impactantes que me ha tocado vivir, dejando una huella y un aprendizaje imborrable para el resto de mis días.

 

Salvador Sureda

 

Para nosotros la ELA fue muchas cosas. Lo primero, algo totalmente indeseable, nos dio mucha bronca e impotencia.  Pero, como casi todo en esta vida, con el paso del tiempo nos vamos adaptando y asimilando las cosas malas o indeseables.

En algún momento empezamos a acercarnos más entre nosotros y a luchar por el bienestar diario.

Para mí lo más admirable fue el laburo de mi madre que sacó fuerzas de no sé dónde y afrontó toda la enfermedad de mi padre como una compañera y acompañante, de esas que es difícil encontrar.

A mí en particular me hizo acercarme mucho más de lo que imaginaba. Logré una muy linda relación con mi viejo en sus últimos años.

Con respecto a la película, es todo obra de los Ponce de León y su equipo. ¡Les quedó una hermosa película!

Agradezco mucho también a Enric Benito, un tipo divino que logró ser psicólogo y amigo de mi viejo.

Gracias a todo esto y muchas más cosas que en este corto texto no me da para nombrar es que estoy convencido que papá se fue en paz, y yo quedé en paz conmigo…

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